Con la entrada en operación de un nuevo tren de licuefacción en la isla de Bonny, Nigeria consigue disponer de seis trenes en su territorio y pasa a convertirse en el tercer país del mundo en cuanto a capacidad de producción de GNL.

Pero la realidad del gas asociado al petróleo que se está quemando hace que realmente no ocupe esa posición. Shell tiene el objetivo de acabar con esta práctica a finales de 2009, una vez que dé salida comercial al gas natural. Cedigaz estima que el volumen de gas producido en el primer país del mundo se sitúa en 535 bcm, cantidad que le permitió cubrir el 83% de sus necesidades de gas en 2007.

El año 2007 trajo también un ligero descenso de la producción de Rusia (1%). La producción total en los países de la CEI estará en línea con la de 2006.

En Noruega, la primera producción de gas natural del campo Ormen Lange estaba prevista para octubre de 2007. Finalmente se adelantó y el 13 de septiembre el yacimiento empezó a producir gas. Se espera que alcance su pleno rendimiento en 2010. Su producción está siendo canalizada hasta la planta de tratamiento de Nyhamna en tierra firme, desde donde entra en la red de transporte noruega de gas (el gasoducto Gasled), que está conectada al Continente y al Reino Unido.

En Puerto Rico la terminal de Peñuelas (operada por Gas Natural) va a incrementar su actividad en 2008, para suministrar gas a una planta de ciclo combinado localizada en Aguirre.

En Trinidad y Tobago la opción de aumentar la producción de GNL se ha desechado por ahora, hasta que no sean identificadas nuevas reservas significativas. Un mayor uso del gas natural por parte de la sociedad del país es el objetivo que se persigue en paralelo al de mantener un nivel alto de exportación.

Por último, un breve apunte para indicar que China es el cuarto país del mundo que extrae el llamado hielo inflamable (hidratos de gas) por detrás de Japón, EE.UU. e India. Los hidratos de gas son un compuesto cristalino de hielo, que contiene moléculas de metano, principal componente del gas natural. Algunos analistas aseguran que las reservas mundiales de hidratos de carbono podrían duplicar las reservas conocidas hasta la fecha de carbón, petróleo y gas natural.