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América
En EE.UU. se están produciendo en la actualidad dos situaciones contrapuestas. Por un lado se ha indicado ya el descenso de las importaciones, debido básicamente al aumento de la producción interior. Al mismo tiempo, se mantienen (en general) los procesos de construcción de las terminales que llevan años planificadas.
Recordemos los planes contra reloj que se establecieron en los primeros años de esta década para estar entre los primeros para importar GNL a un mercado entonces en expansión y decreciente producción. Pero como algún promotor de las terminales ha manifestado, las plantas de GNL no se construyen para opciones de corto plazo.

Apuntar que a primeros de abril de 2008 llegaban las dos primeras cargas de GNL a sendas terminales, una en Luisiana y otra en Tejas. A primeros de junio se recibía también el primer gas licuado en la terminal de Ensenada, situada en la costa a unas 50 millas al sur de San Diego.

La licencia para construir el gasoducto TransCanada es efectiva desde el 25 de noviembre de 2008. Recordamos que es un gasoducto que ha tenido algunas controversias en la maduración del proyecto y cuyo objetivo es llevar el gas desde los yacimientos de Alaska hasta el sur del paralelo 48, cruzando Canadá.
En América del Sur los planes de interconexión (algunos muy ambiciosos) que se promovieron con interés por algunos dirigentes políticos hace un par de años, parece que están dando paso a una visión más realista, apoyada en el desarrollo de las terminales de GNL.
Incluso el cuadro que se dibujaba en las relaciones comerciales de hace dos años (Bolivia vendiendo a Brasil y a Argentina, que a su vez cubría casi el 90% de las necesidades chilenas) está cambiando rápidamente. Insuficiente capacidad de oferta de los suministradores tradicionales (efecto en muchos casos de un descenso acusado de las inversiones, muy agravado en Bolivia, entre otros), particularmente en la punta del invierno austral, entre otras causas, han acabado por iniciar un nuevo camino, con mayor independencia gasista de los países importadores basada, como hemos dicho, en el mercado de GNL.

Argentina fue el primer país de la región que ha importado GNL (mediados de 2008, gestionado por Repsol Stream) y Brasil le siguió en agosto, ambas realizaciones con terminales flotantes. Los planes en Chile son de recibir los primeros metaneros en las dos terminales (éstas en tierra) que estarán operativas a lo largo de 2009, las de Quintero y la de Mejillones, construidas por BP y Suez, respectivamente.

Las tendencias de Brasil a medio plazo no están claras. Ha sido inaugurada una segunda terminal en la Bahía de Guanabara, pero la confirmación de importantes yacimientos de gas natural en sus aguas, hace muy factible que este país se convierta en exportador en la próxima década. Ya en 2008 la producción brasileña de gas natural aumentó más de un 20%.
En octubre de 2008 se pudo asistir a la firma de acuerdos que implicaba acometer el tercer intento de Venezuela en dos décadas para desarrollar la industria de exportación de GNL.
El proyecto LNG Delta Caribe East sustituye al Mariscal Sucre (2005) y al Cristóbal Colón (1996). Analiza la opción de tres trenes de licuefacción, propiedad cada uno de una compañía. Cada tren tendría una capacidad de 6,5 bcm/año.
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Informe Anual 2.008: Sedigas - Asociación Española del Gas