La actualización del PNIEC es el resultado, a juicio del Gobierno de España, “del gran avance registrado en la implementación de la Agenda Verde del Gobierno en los últimos años y del incremento de la ambición europea” a la hora de materializar la transición ecológica. Un proceso que deberá potenciar la competitividad, modernizar el tejido productivo, y crear nuevos ecosistemas industriales y de servicios que generarán a su vez empleo nuevo de calidad. Los objetivos del Plan se amplían también a otras esferas, como la cohesión territorial, la lucha contra el calentamiento global, la mejora de los ecosistemas y de la salud de las personas, así como el refuerzo de la autonomía estratégica del país.
El PNIEC 2023 aumenta el número de políticas y medidas previstas, desde las 78 de la versión anterior hasta las 110 actuales. Además, incorpora por primera vez actuaciones específicas en materia de transporte ferroviario, aéreo y marítimo, así como en áreas tan diversas como el reto demográfico, la mejora de la integración de las energías renovables con el medioambiente y el territorio, la ciberseguridad, los mercados locales de electricidad, o el análisis del ciclo de vida de los edificios, entre otras.
Desde la perspectiva del sector gasista, y su vocación de fomentar el desarrollo de los gases renovables, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ha merecido una doble valoración. Positiva, por un lado, en cuanto al reconocimiento del papel de esta fuente de suministro sostenible en la descarbonización del modelo energético. Pero más crítica respecto a la escasa ambición del documento en cuanto al desarrollo del biogás-biometano.
HOJA DE RUTA DEL HIDRÓGENO
Sedigas ha puesto en valor el hecho de que los gases renovables aparezcan como elemento que contribuirá a “avanzar en la senda de la descarbonización, dotar de mayor resiliencia al sistema energético nacional y promover el desarrollo industrial”. En este sentido, Sedigas considera especialmente positivo el incremento del objetivo de potencia de generación en la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que ha pasado de 4 GW a 12 GW de electrolizadores.
El hidrógeno como nuevo vector energético se configura como un factor clave para acelerar la descarbonización de sectores industriales gasintensivos y de difícil electrificación, como el transporte pesado y de larga distancia. Su versatilidad lo posiciona, a juicio de la Asociación, como un pilar esencial en la transición hacia una economía baja en carbono, capaz de impulsar tanto la competitividad industrial como una movilidad más sostenible.
Para Joan Batalla, presidente de Sedigas, “el reconocimiento otorgado y la ambición mostrada permite consolidar la apuesta para que España se convierta en una potencia productora de hidrógeno renovable en Europa, a través del desarrollo de una industria nacional que abarque toda la cadena de valor”.
POCA AMBICIÓN EN BIOGÁS-BIOMETANO
Frente a esta visión optimista de las capacidades del nuevo PNIEC, la Asociación se ha mostrado más crítica con la consideración del Plan hacia otra modalidad de gas renovable, como es el biogás-biometano. Y ha calificado de “limitada y poco ambiciosa” la meta fijada de 20 TWh/a (equivalente mínimo a unos 6,5 TWh/a de biometano), que no ha cambiado respecto del borrador.
A juicio de Sedigas, esta propuesta “no está alineada con el potencial de producción identificado, ni con el apetito inversor existente”. Y apunta en este sentido que el sector gasista español ha calculado un potencial técnico de producción de biometano de hasta 163 TWh, un volumen que sería suficiente para descarbonizar hasta el 50% de la demanda de gas natural de todo el país.
Además, la asociación del sector gasista destaca que actualmente hay alrededor de 685 instalaciones, con una producción estimada de 29 TWh/a, en proceso de conexión a las redes de transporte y distribución. Un volumen que representa casi un 50% más de la estimada en el PNIEC revisado de cara a 2030.
Sedigas critica la falta de ambición del nuevo Plan Nacional de Energía y Clima, señalando que no está alineado con los objetivos europeos. La UE reconoce, por un lado, a esta fuente energética como tecnología esencial para alcanzar la neutralidad de carbono y mejorar la seguridad del suministro. Y, por otro, el plan REPowerEU establece un objetivo para toda la Unión de 35.000 millones de metros cúbicos de biometano (en torno al 10% de la demanda de gas natural), mientras que la propia Comisión Europea ha evaluado el potencial español en esta materia en 4.100 millones de metros cúbicos para el año 2030, lo que permitiría sustituir hasta 47 TWh/a del actual consumo gasista nacional.
En este sentido, el presidente de Sedigas ha declarado que, en cuanto a los objetivos señalados para el biometano, el PNIEC recién actualizado “no refleja la oportunidad que representa para el país en términos de mejora de nuestra autonomía energética, reducción de emisiones y de nuevas oportunidades de empleo y desarrollo industrial”. Para Joan Batalla, el biometano “es una tecnología madura, probada y segura que nos ofrece una solución para la problemática de la gestión de los residuos y además puede integrarse de manera directa y eficiente en las infraestructuras de transporte y distribución de gas existentes”.
CICLOS COMBINADOS
Por otra parte, y en lo que respecta a la generación de energía en centrales de ciclo combinado alimentadas con gas, la actualización del PNIEC reconoce que juegan un papel crucial en el sistema eléctrico español, teniendo en cuenta el aumento en el objetivo de producción a partir de fuentes renovables, que se espera que represente el 81% del total en 2030. En este sentido, la nueva redacción del documento mantiene una capacidad instalada de 26 GW para los ciclos combinados.
A pesar de este reconocimiento explícito de su papel como tecnología de respaldo firme y flexible que garantice el suministro y compense la intermitencia propia de las energías solar y eólica, Sedigas ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de implementar un mercado de capacidad que garantice la viabilidad económica de centrales de este tipo.
Sedigas, en suma, ha valorado en diferente grado esta nueva redacción del PNIEC, que aúna aspectos indudablemente positivos con otros manifiestamente mejorables. En palabras de su presidente, Joan Batalla, Sedigas “reitera su compromiso con la descarbonización y la transición energética, y su total disposición para colaborar con el Gobierno para acelerar las iniciativas que permitan el desarrollo y puesta en operación de las instalaciones de producción de gas renovable y las medidas regulatorias para implementar unos mercados de capacidad que garanticen el suministro energético de nuestro país”.