Europa se refuerza para asegurar el suministro de gas



Desde el pasado mes de julio, y ante la reducción del suministro de gas de Rusia, la Comisión Europea ha ido adoptando toda una batería de medidas e instrumentos legislativos, junto a un plan europeo para la reducción de la demanda de gas, con el objetivo de reducir el consumo de este combustible en un 15% hasta la próxima primavera (un 7% en el caso de España). La iniciativa viene a sumarse al denominado Plan REPowerEU, puesto en marcha a raíz de la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero. El Ejecutivo de la UE se ha propuesto acelerar los trabajos sobre diversificación del abastecimiento, incluida la adquisición conjunta de gas, para reforzar la obtención de suministros alternativos.

Por Juan Carlos Giménez

En un momento en el que casi la mitad de los Estados miembros ya se habían visto afectados por la reducción del abastecimiento ruso, y con un suministro de gas procedente de este país inferior en un 30% a la media de los últimos cinco años, la Comisión creyó llegado el momento de adoptar medidas. Iniciativas para reducir, en caso de perturbaciones adicionales o totales, tanto el riesgo de desabastecimiento como los costes del suministro para Europa. Al mismo tiempo, el Ejecutivo comunitario hizo un llamamiento para que “todos los consumidores, las administraciones públicas, los hogares, los propietarios de edificios públicos, los proveedores de electricidad y la industria” se comprometan en adoptar cuantas medidas estén a su alcance para ahorrar gas.

A este respecto, y a raíz del inicio de la invasión rusa de Ucrania, la Comisión adoptó el denominado Plan REPowerEU, con el objetivo de acabar con la dependencia europea de los combustibles fósiles procedentes de Rusia. Este plan incluyó medidas para la diversificación del suministro, el ahorro y la eficiencia energéticos, así como el impulso al desarrollo de las energías renovables.

La Comunicación “Ahorrar gas para un invierno seguro”, publicada en julio expone la situación del mercado, insta a tomar iniciativas con máxima celeridad, establece directrices y objetivos en materia de ahorro y seguridad energética, y repasa también las medidas adoptadas hasta la fecha con el objetivo de garantizar el abastecimiento en toda la UE.

También se adoptaron medidas para que el almacenamiento subterráneo de gas en la UE alcanzase el 80% de su capacidad antes de noviembre de 2022, garantizando así el abastecimiento de cara al próximo invierno. Y se creó la Plataforma Energética Europea, con el objetivo de optimizar el uso de las infraestructuras, agregar la demanda de los 27 en esta materia y propiciar en el futuro compras conjuntas, tanto de gas como de hidrógeno verde.

MÁS DIVERSIFICACIÓN EN EL SUMINISTRO VÍA GNL

Además, la Unión está diversificando las importaciones de gas, gracias al aumento de las importaciones de GNL y a la utilización de gasoductos de otros proveedores. Durante el primer semestre de 2022, las importaciones de gas licuado no procedentes de Rusia aumentaron en 21.000 millones de metros cúbicos respecto al año precedente. Las importaciones en gasoductos de proveedores alternativos (principalmente Noruega, Azerbaiyán, el Reino Unido y el norte de África) también aumentaron en 14.000 millones de metros cúbicos. Gracias a las inversiones en terminales de GNL y las interconexiones de gas existentes, cada Estado miembro puede recibir ahora suministros de al menos dos fuentes diferentes, y son posibles los flujos en sentido inverso entre países vecinos. Sobre la base del Pacto Verde Europeo y el paquete Fit for 55, REPowerEU se marca también el objetivo de acelerar el despliegue en toda la UE de las renovables, así como las inversiones en medidas de eficiencia energética. En la actualidad, más del 20% de la energía europea procede de fuentes renovables, y la Comisión ha propuesto incrementar esta cifra hasta el 45% en 2030.

La última propuesta de la Comisión Europea se ha concretado en un nuevo Reglamento del Consejo relativo a la adopción de medidas coordinadas para la reducción de la demanda de gas, basado en el artículo 122 del Tratado de la Unión. Dicho artículo prevé ayudas financieras excepcionales para los Estados miembros en caso de circunstancias “ocasionadas por catástrofes naturales o acontecimientos excepcionales que dicho Estado no pudiere controlar, en particular si surgieren dificultades graves en el suministro de determinados productos, especialmente en el ámbito de la energía”.

 Este nuevo Reglamento fija para los 27 el objetivo de reducir la demanda de gas en un 15% entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023. Asimismo, brinda a la Comisión la posibilidad de declarar una “alerta de la Unión” sobre la seguridad del suministro, e imponer una reducción obligatoria de la demanda de gas a todos los Estados miembros. Esta situación de alarma puede ser declarada por iniciativa de la propia Comisión o a petición de al menos tres Estados miembros.

RATIFICACIÓN POR EL CONSEJO EUROPEO

La propuesta de la Comisión fue ratificada el 26 de julio por el Consejo Europeo, que reúne a los jefes de estado o de gobierno de los 27 Estados miembros. La alta institución de la Unión ratificó el 20 de octubre, en su reunión monográfica sobre energía y economía, la decisión de mantenerse unida y adoptar medidas de urgencia, concluyendo que “han de acelerarse e intensificarse los empeños por reducir la demanda, garantizar la seguridad del suministro, evitar los racionamientos y disminuir los precios de la energía para los hogares y las empresas en toda la Unión, y que debe preservarse la integridad del mercado único”.

La alerta podrá activarse cuando exista, en el caso del gas, un riesgo grave de escasez o una demanda excepcionalmente elevada. Y para ello los Estados se han visto obligados a actualizar sus respectivos planes de emergencia, para mostrar de qué manera se proponen alcanzar el objetivo de reducción del 15%. De esta manera, si algún país solicita los denominados suministros de gas solidarios, deberá previamente demostrar las medidas ya adoptadas para reducir la demanda.

Desde Bruselas se considera esencial que los Estados miembros consulten a las partes interesadas para garantizar que todas las posibilidades de sustitución y todas las fuentes de energía alternativas existentes sean priorizadas y agotadas, antes de considerar la reducción obligatoria de la demanda. De modo que las restricciones y el racionamiento del gas solo tendrían que utilizarse como último recurso, una vez agotadas todas las demás opciones.

Por otra parte, y con el objetivo de facilitar la consecución del objetivo planteado de reducir la demanda gasista en un 15%, la Comisión adoptó simultáneamente un Plan Europeo de Reducción de la Demanda de Gas, que incluye medidas, principios y criterios para una acción coordinada en esta dirección. Dicho Plan se fundamenta en la sustitución del gas por otros combustibles y en un ahorro energético global en todos los sectores, para salvaguardar el abastecimiento a hogares y a usuarios prioritarios. Entre éstos se cuentan hospitales, industrias decisivas para el suministro de productos y servicios esenciales para la economía, o cadenas de suministro. Esta planificación propuesta por la Comisión se basa en consultas con los Estados miembros y con la industria. En cualquier caso, considera que cada país debe agotar todas las posibilidades de sustitución de combustibles, planes de ahorro y fuentes de energía alternativas, dando prioridad a las renovables. Pero también se abre la posibilidad de recurrir al carbón, el petróleo o la energía nuclear como medida temporal.

CAMPAÑAS DE SENSIBILIZACIÓN

Los esfuerzos para reducir el uso tanto de calefacciones como de sistemas de refrigeración se consideran fundamentales a la hora de ahorrar gas, y de ahí que la Comisión haya instado a la puesta en marcha de campañas de sensibilización en este sentido, señalando la conveniencia de que sean los edificios públicos los primeros a la hora de dar ejemplo en cuanto a reducción de su consumo energético.

En todo caso, el Plan Europeo de Reducción de la Demanda de Gas ha nacido con la vocación de reforzar el mercado interior de la energía en la UE. Mediante la mejora de la coordinación y la cooperación entre Estados, se pretende optimizar la distribución de gas hacia donde más se necesite. Y, en este sentido, la Comisión permanecerá atenta para proteger el mercado único, y en particular para evitar cualquier restricción indebida al comercio entre los 27. Habida cuenta de la gran cantidad de gas utilizado para generar electricidad, el Plan Remolque de un metanero.

señala la posibilidad de pasar a usar otros combustibles con este fin. Instrumentos tales como subastas o sistemas de licitación, también a escala transfronteriza, así como el uso de “contratos interrumpibles”, son otras medidas que los Estados podrían adoptar para reducir la demanda. El Plan también apunta el concepto de contratos de permuta entre grandes clientes, en el que una gran empresa que haga un uso intensivo de energía y se enfrente a una escasez de suministro pueda desplazar temporalmente su producción a una región menos afectada. El ya existente Grupo de Coordinación del Gas (integrado por representantes de la Comisión y de los Estados miembros, así como por la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Gas, ENTSO-G) se reunirá siempre que sea necesario. Y desempeñará un papel fundamental en el seguimiento del impacto de la reducción de la demanda en sectores críticos y cadenas de valor de toda la UE.

Plan +SE: reducir el consumo y controlar los precios en España

En el marco de las iniciativas europeas para hacer frente a la crisis de suministro energético provocada por la guerra en Ucrania, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó el pasado 11 de octubre el denominado Plan Más Seguridad Energética (+SE), con los objetivos de reforzar la protección de los ciudadanos frente a la subida de precios, reducir el consumo de gas, mejorar el autoabastecimiento, aumentar la competitividad de la economía y elevar las exportaciones energéticas.

El Plan +SE incluye 73 medidas de seguridad energética agrupadas en torno a seis grandes objetivos: ahorro y eficiencia; transformación del sistema energético; ampliación de la protección a la ciudadanía, especialmente la más vulnerable; medidas fiscales; transformación de la industria gracias a las energías renovables o el hidrógeno; y solidaridad con el resto de los países europeos. El Plan ha nacido con la vocación de actualizarse periódicamente, dada la incertidumbre en cuanto a la evolución de la guerra y sus consecuencias, por lo que mensualmente se hará público un informe de seguimiento.

Para garantizar y mejorar la protección de la población se ampliará la cobertura de los denominados bonos sociales (eléctrico y térmico). También se reducirá la factura de 1,6 millones de hogares con calderas comunitarias, y las familias contarán con apoyo fiscal para implantar sistemas de climatización renovable. En esta misma línea, se fomentarán los repartidores de costes en calefacciones centralizadas, y se instalarán contadores inteligentes de gas natural.

En el ámbito del ahorro y la eficiencia, se realizarán campañas de concienciación, y se extenderá al resto de administraciones públicas el Plan de ahorro de la Administración central, incluyendo un programa de renovación del alumbrado público. En el ámbito empresarial, las pymes contarán con apoyo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para implantar renovables y poner en práctica medidas de ahorro. También se contempla el impulso a los tejados solares, las comunidades energéticas y el autoconsumo, y la agilización de la tramitación de los proyectos renovables.

+SE supondrá también más apoyo a la industria y al refuerzo de sus capacidades de la transición energética, con un incremento de 1.000 millones a la dotación del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento. Además del lanzamiento de un nuevo PERTE para la Descarbonización de la Industria.

 

Cambios en el mercado del gas europeo

  • Las importaciones de gas desde Rusia por gasoducto han pasado del 41% en 2021 al 9% en 2022 (del total de importaciones de gas de la UE).
  • Las importaciones de GNL han aumentado hasta cubrir el 32% del total de importaciones de gas de la UE.
  • Los almacenamientos de gas europeos están llenos al 94,8% (noviembre de 2022).