Del vertedero a la red de distribución de gas



Desde septiembre de 2021, Cerdanyola del Vallés (Barcelona) acoge la primera planta de España que inyecta biometano en la red convencional de gas

Por Pilar Ortega

Elena es el nombre de la primera planta que inyecta biometano en la red de distribución de gas en España, una iniciativa pionera que se presenta como paradigma de un futuro energético basado en la economía circular y la sostenibilidad. La planta Elena se encuentra en Cerdanyola del Vallès, a un paso de Barcelona, en un bello paraje conocido como Parc de l’Alba, en cuyas cercanías transitan varios ríos, como el Sec, y la riera de Sant Cugat. Se trata de una iniciativa pionera a nivel estatal de producción de gas renovable, una empresa singular ubicada junto a un depósito controlado de residuos, lo que ha permitido dar una respuesta circular a la gestión de desechos.

Aquí el biogás es tratado “in situ” para producir el biometano que se inyecta en la red del gas, lo cual permite contribuir a la reducción de emisiones y cubrir parte de la demanda energética. Hay que tener en cuenta que una producción de 12 gigawatios hora/año de biometano es el equivalente al consumo de más de 3.000 hogares y no sólo eso, sino que permite eliminar la emisión de 2.400 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. Sólo este dato es una muestra del potencial que tiene la gasificación verde en España.

En la planta, el biogás se produce a través de la digestión anaerobia de residuos, la tecnología más madura hoy en día para la obtención de gas renovable. El biogás, una vez producido, se somete a un proceso de upgrading para conseguir unas características similares al gas natural que se distribuye por las redes.

Compromiso del sector gasista

Impulsado por Naturgy, la planta Elena ha generado mucha expectación entre el sector gasista para dar respuesta al reto de la descarbonización y de los objetivos climáticos.

Hay que destacar que el 25% del gas utilizado en el transporte público en Europa ya es de origen renovable y que en España tenemos 32.000 vehículos que ahora consumen gas natural pero que están preparados para usar biometano. Por tanto, el biometano es la gran oportunidad para el transporte y la solución inmediata para la descarbonización y para alcanzar los ambiciosos objetivos que marca Europa en su agenda medioambiental.

La electricidad representa el 23% de todas las energías que consumimos y, por eso, la Generalitat apoyó desde el minuto 1, sin dudarlo, la puesta en marcha de la planta Elena, consciente de que el biometano adquiere un protagonismo principal en la transición energética. La directora general de Energía de la Generalitat, Assumpta Farran, lo tiene claro: “Según la Unión Europea, España sería, por sus características, el tercer país con recursos de biometano de la UE, sólo superado por Alemania y Francia. Sin embargo, en estos países el uso del biometano ya es presente (cada uno de ellos tiene 200 plantas de generación de biometano) y en España, sólo es futuro, porque no hay más de cinco plantas”.

El caso del vertedero

Elena, por tanto, es un caso de éxito, porque ha conseguido hacer de un problema la solución. El vertedero Elena, por cierto, siempre fue pionero, ya que fue el primero que dio una respuesta distinta al tratamiento de los residuos que generaban los residuos, conocidos como balas. Y estos residuos hoy se han convertido en un recurso.

Curiosamente, y mientras que la legislación española no lo remedie, en España existen plantas de biometano que “están quemando en antorcha este gas renovable porque no pueden inyectarlo en la red de transporte”, como señala Assumpta Farra. Además, el sector del gas también pide que se subvencione con ayudas económicas la antena de evacuación del gas a la red, tal y como se hace en la industria eléctrica, porque considera que las reglas del juego no son iguales para todos y que estamos ante una oportunidad tremenda.  

José Luis Rodrigo, responsable de Proyectos de Ingeniería de Naturgy, explica que su empresa ha apostado por el desarrollo sostenible y la descarbonización, lo que se plasma también en el impulso del biometano como vector energético y su uso vehicular, industrial y residencial. Él es quien nos proporciona todos los datos técnicos de la planta Elena. Según su descripción, se trata de una planta de upgrading de 350 Nm3/h de biogás generado en depósito controlado de residuos, con tecnología membranas, ubicada en un espacio de 500 metros cuadrados, en el que se han invertido 2,2 millones de euros y que tiene una producción de biometano estimada de 12 GWh/año.

Como plantar 5.000 árboles

Más cifras. La planta Elena puede dar servicio a 3.200 viviendas, evita la emisión de 2.400 toneladas de CO2/año (equivalentes a plantar unos 5.000 árboles) y ha generado 100 puestos de trabajo directos e indirectos, tanto en el desarrollo como en la construcción y la explotación de la planta.

Lógicamente, el objetivo de Elena es producir biometano e inyectarlo a la red de distribución de gas natural de una forma segura, estable y eficiente. Y para ello, todo el proceso debe seguir unas normas muy estrictas que garanticen la calidad necesaria del gas para su posterior utilización. Y en este proceso, la empresa Puigfel gestiona las instalaciones de desgasificación del vertedero, Naturgy extrae y procesa el biogás para producir biometano; Nedgia inyecta el biometano en la red y Naturgy, de nuevo, comercializa el biometano certificado.

Previamente, hubo que gestionar numerosos permisos, como la licencia ambiental, la licencia de obras, la tramitación con la compañía eléctrica para construir la línea eléctrica de suministro, la legalización de la planta en seguridad industrial, etc. Para la construcción y puesta en marcha de las instalaciones, hubo que organizar el suministro de equipos (9 meses), construir la planta y las conexiones al sistema de desgasificacion (3 meses), realizar la línea eléctrica (1 mes) y la puesta en marcha más el performance test (2 meses).

Altas exigencias de calidad

Fue en septiembre de 2021, por fin, cuando se puso en marcha en Cerdanyola del Vallès todo el complejo proceso de hacer biogás con los residuos e inyectarlo en la red. Para ello, la instalación dispone de unos soplantes de extracción del biogás, conectados a la red de desgasificación del vertedero. Una vez extraído el biogás, se somete al proceso de tratamiento que consiste en un secado, en la depuración inicial del biogás con carbón activo y la posterior filtración en una tecnología de membranas, de modo que se separa el CO2 (off-gas) del CH4 (gas producto) contenidos en el biogás. Después, se comprueba si el gas reúne las características exigidas. Y todo esto durante 24 horas al día 7 días a la semana.

En el caso de que el gas no tuviera la calidad necesaria para la inyección en la red de gas, sería rechazado por el módulo de inyección y retornaría a la planta de upgrading, donde se mezcla con el CO2 y lo conduce a la antorcha para su combustión controlada. Y es que el módulo de inyección permite calibrar la calidad del gas, además de realizar la regulación de la presión, medida del volumen y la odorización del flujo de biometano.

Conviene saber que todas las instalaciones de biometano deben tener una Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC) que se basa en principios como la cero deforestación, buenas prácticas agrícolas, condiciones seguras de trabajo, cumplimiento con las leyes y tratados internacionales, buenas prácticas de gestión y mejora continua. Además, se pueden certificar todos los materiales que se utilizan para la biomasa y los residuos, además de los productos finales, como biocombustibles y combustibles para calefacción y electricidad.

Un  camino hacia el futuro

En resumen, la planta Elena abre un camino que conduce al futuro, ya que, según el informe “Los gases renovables. Un vector energético emergente”, publicado por la Fundación Naturgy, el potencial máximo de producción de gases renovables en España podría significar el 65% de la demanda total actual de gas natural. Eso sí, siempre que se impulsara de forma decidida su desarrollo. En ese caso, España podría llegar a reducir unos 35 millones de toneladas de CO2, el equivalente a todo su parque de turismos en un año.

 

Gas renovable, un recurso con 4 grandes ventajas

  1.       Evita las emisiones contaminantes de la gestión de residuos.
  2.       Valoriza los residuos, lo que contribuye a la economía circular
  3.       Utiliza la red de distribución de gas existente, lo que minimiza la inversión
  4.       Contribuye al desarrollo económico del medio rural.