El consumo mundial de gas natural disminuyó ligeramente en 2022.
El consumo mundial de gas natural disminuyó aproximadamente un 1,6% en 2022, debido principalmente a la reducción de la demanda en Europa, que redujo su consumo un 13% respecto al volumen de 2021. Esta caída de la demanda estuvo provocada por las medidas de ahorro energético, el impacto del incremento de precios derivado de la guerra de Ucrania, así como a un invierno con temperaturas más suaves de lo habitual (otoño-invierno) que redujo el uso de calefacción en el sector residencial.La coyuntura del sector gasista a nivel global estuvo marcada sin duda por los efectos colaterales del conflicto bélico en Europa con la notable y sustancial reducción del suministro de gas desde Rusia, lo que motivó una presión sin precedentes sobre la oferta y la subida y volatilidad extremas en el precio del gas en los mercados internacionales.
La caída del suministro de gas ruso a Europa se vio compensado por un aumento del gas procedente de Noruega y un considerable incremento en el suministro de GNL, principalmente proveniente de Estados Unidos.
La crisis energética provocada por la invasión injustificada de Rusia a Ucrania ha llevado a los países europeos y otros mercados a adoptar decididas políticas para aumentar su autonomía energética y reducir así su dependencia del exterior.
La coyuntura gasista en Europa
La tasa registrada de caída del consumo de gas en Europa en 2022 es la más alta de la historia. La demanda de gas de la industria se vio notablemente reducida por los altos precios, mientras que las temperaturas suaves del invierno incidieron en la caída de la demanda para calefacción para los hogares europeos.
La demanda de gas para electricidad solo se redujo un 4% en 2022 mientras que la demanda de gas en la industria cayó cerca de un 20%.
En cuanto al GNL, Europa aumentó un 60% sus importaciones. Un aumento en la demanda global de esta energía que se compensó con el descenso en el resto del mundo, especialmente en Asia.
El sector gasista español, ejemplo de fortaleza y solidaridad
En 2022, el sistema gasista español demostró de nuevo su robustez, garantizando el suministro de gas natural a todos los consumidores durante las 24 horas de todos los días del año a pesar del excepcional contexto internacional. La red de infraestructuras gasistas de España se ha consolidado como un referente mundial por su eficacia, flexibilidad y resiliencia.
La diversificación de aprovisionamiento ha sido una de las claves del funcionamiento del sistema gasista español. En total, se ha recibido gas de 19 orígenes distintos, a través fundamentalmente de las seis plantas de regasificación, que sitúan a España como un punto estratégico de entrada y distribución de GNL a Europa.
La seguridad de suministro ha estado en todo momento garantizada gracias a las reservas almacenadas, superiores a años anteriores, que han alcanzado más del 80% de los tanques de almacenamiento de las plantas de regasificación y más del 90% de los almacenamientos subterráneos. También se batieron récords de contratación de slots de descarga y carga en las plantas de regasificación.
Además, el sector gasista español ha sido un ejemplo de solidaridad, contribuyendo de forma clave al suministro de gas al resto del continente a través de las recargas de buques de GNL, que han aumentado un 45%, y de las conexiones internacionales, especialmente la de Francia, que ha batido récords históricos. En este apartado, destaca el aumento de la capacidad de la interconexión de Irún en un 66% en sentido España-Francia, como medida de solidaridad con Europa, incluida en el ‘Plan Más Seguridad Energética’. Sumando las cargas de GNL y las conexiones internacionales, España ha exportado un 90% más de gas natural en comparación con el año pasado.
El volumen total de gas transportado en el sistema español (demanda más exportaciones y recargas de GNL) aumentó un 4,4% con respecto a 2021.
La coyuntura del sector gasista a nivel global estuvo marcada por la sustancial reducción del suministro de gas desde Rusia.
La reducción de la demanda se debe principalmente a un menor consumo convencional (-21,4%) que se ha visto compensada en parte por el aumento de la demanda de gas para generación eléctrica (+52,7%) en las plantas de ciclo combinado.
Por sectores, la demanda convencional, destinada a hogares, comercios e industria, registró un descenso del 21,4% alcanzando los 226,4 TWh, debido principalmente a un menor consumo industrial.
La demanda para generación eléctrica aumentó un 52,7% hasta alcanzar los 138 TWh, la cifra más alta 2010, debido a la baja generación hidráulica, la baja cogeneración y las altas exportaciones de electricidad.
El Plan REPowerEU, puesto en marcha por la Comisión Europea fue otro de los hitos del año, ya que define la estrategia para la autonomía energética de Europa y la descarbonización. Este plan establece un objetivo de producción de biometano de 35 bcm en Europa en el año 2030, 10 millones de toneladas de producción interna de hidrógeno renovable y otros 10 millones de toneladas de importaciones de otros países fuera de Europa.
Además, en marzo de 2022 el Gobierno de España aprobó la tan esperada Hoja de Ruta del Biogás, que reconoce de forma clara y manifiesta cómo los gases de origen renovable forman parte de la solución para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
El 2022 cerró con 210 plantas de biogás activas, 64 más que en 2021, con una capacidad total de producción de 836 MW, según de la con la Asociación Española de Biogás (AEBIG) y la European Biogas Association (EBA). En cuanto al biometano, en 2022 existían un total de doce plantas activas que inyectaron a la red de transporte y de distribución de gas 175,7 GWh, un 67,4% más que en 2021 según datos de Enagás.
Hidrógeno Verde
España demostró en 2022 su ambición y potencial para convertirse en un hub de distribución de este gas renovable para toda Europa con el anuncio del H2Med. El primer gran hidroducto de dimensión europea, presentado públicamente en Alicante en diciembre, está diseñado para conectar la Península Ibérica con el resto del continente. Se trata de una iniciativa liderada por España, Francia y Portugal (a la que también se unió posteriormente Alemania) que convertirá a la península ibérica en un hub de hidrógeno verde.
2022 marcó asimismo el comienzo de la producción de hidrógeno verde en la planta de Lloseta perteneciente al proyecto Power to Green Hydrogen Mallorca, el primer proyecto de hidrógeno renovable a escala industrial en España y en el Sur de Europa.
El parque de vehículos a gas natural en España alcanzó en 2022 las 34.879 unidades, un incremento del 7% con respecto al parque de 2021. Actualmente hay 236 puntos de repostaje de gas natural operativos en España y 28 en Portugal, además de 12 hidrogeneras, 2 abiertas al público, 7 privadas y 3 en construcción en la Península Ibérica.
En 2022 también se siguió avanzando en el uso de gases renovables para el transporte. Ejemplo de ello es la utilización del biometano producido en la planta de Valdemingómez como combustible para 20 autobuses de la línea C1 de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), que comenzó en diciembre.