Las inversiones se sitúan sobre todo en Francia (1.400 millones) e Italia (1.100 millones) gracias a las condiciones favorables de esos Estados miembros. Les siguen los Países Bajos (951 millones), España (948 millones), Alemania (658 millones), Suecia (635 millones) y Polonia (429 millones). Además, 5.500 millones de la inyección de capital permanecerán en la UE con destino final aún abierto y 3.300 millones se destinarán a territorios no comunitarios, entre ellos el Reino Unido y Ucrania.

 

EBA ha estimado que alcanzar el objeivo fijado en mayo de 2022 de 35 bcm de producción sostenible de biometano requerirá un esfuerzo inversor de 83.000 millones de euros de aquí a 2030, en función del tamaño de la planta, la ubicación y el tipo de materia prima utilizado.

Para garantizar la inyección de capital anunciada es fundamental contar con políticas adecuadas, condiciones marco estables y vías para el uso final a largo plazo.

En España, el Gobierno está revisando ahora mismo el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para ampliar los objetivos de energías limpias. El biometano representa una oportunidad clara y manifiesta de desarrollo y generación de riqueza para el país. Una apuesta por la descarbonización, una mayor independencia energética del exterior y una eficiente gestión de residuos. El estudio del potencial de producción en España realizado por Sedigas así lo avala: más de 2.300 plantas de producción, una inversión estimada en más de 40.500 millones de euros y más de 62 000 empleos directos e indirectos asociados a la operación y mantenimiento de las instalaciones.

 

Para más información:

• 1st EBA Biomethane Investment Outlook: aquí
• Estudio de potencial de producción de biometano en España: aquí