La publicación del Anteproyecto de Ley por el que se crea el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico ha puesto de manifiesto, una vez más, la complejidad que supone avanzar hacia la descarbonización del sistema energético.
Impulsar la electrificación del sector energético y el reparto, entre los comercializadores energéticos, de los costes adicionales derivados de la retribución específicas de la generación eléctrica de origen renovable enfrentando a los distintos agentes, no es la respuesta eficaz a esa complejidad.
Sedigas, desde el apoyo a la transición energética, apuesta por la conversación entre los distintos interlocutores para evitar las externalidades que se generarían a partir del modelo que plantea el Anteproyecto del FNSSE.
Es imprescindible considerar la neutralidad tecnológica, apoyada por la CE y el PNIEC, para llevar a buen fin la transición ecológica, con el menor impacto en el bienestar y aplicando principios de justicia social.
Aspectos como el impulso de los gases renovables, la ampliación de los plazos de aplicación, la consideración de la colaboración entre sectores ( sector coupling) y medidas específicas para las industrias de difícil electrificación con el actual desarrollo de la tecnología, son solo algunas de las propuestas a considerar.
El sector gasista quiere evitar la pérdida de competitividad de la industria española, la desincentivación del ahorro eléctrico y el desinterés por la innovación en nuevas tecnologías limpias ( biometano, hidrógeno…).
Por otro lado, quiere informar convenientemente al consumidor, pues la medida no significa un ahorro real si no se mira con una perspectiva amplia y se tienen en consideración los aspectos fiscales que inciden en todos los usos energéticos actuales del consumidor, desde el hogar a la movilidad.
Neutralidad tecnológica, flexibilidad, visión de conjunto y sobre todo diálogo, sí son parte de la solución. |