Una mirada holística para afrontar la descarbonización residencial de forma eficiente y justa

La transición hacia un modelo energético sostenible exige innovación y adaptación, no solo a nivel de la industria o el transporte, sino también en nuestros hogares. Precisamente, en estas últimas semanas, la descarbonización de la calefacción ha vuelto a centrar el debate mediático y social con motivo de la aprobación por parte del Parlamento Europeo de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés).

Dentro del marco normativo de la Unión Europea, este dosier legislativo es la piedra angular para promover la mejora de la eficiencia energética en el sector de la edificación. Sin embargo, la controversia pública en torno a las medidas que recoge esta directiva ha generado cierta confusión respecto a sus implicaciones en lo que se refiere al empleo de calderas de gas en edificios residenciales, oficinas y espacios comerciales.

La polémica en torno a este asunto es interesado, como ya sucedió con la aprobación de la Directiva refundida de Eficiencia Energética (UE) 2023/1791 en el mes de septiembre, puesto que intenta hacer entender que la transición pasa por apostar por una única tecnología de descarbonización en detrimento de las demás. Pero antes de seguir desarrollando, es necesario aclarar que la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios no establece, en ningún momento, una prohibición sobre las calderas de gas.

Contrario a algunas interpretaciones erróneas o alarmistas, la EPBD no dicta un escenario de eliminación obligatoria de estos sistemas de calefacción. Más bien, la directiva proporciona un marco que pretende incentivar la eficiencia energética y la reducción del impacto ambiental, promoviendo una mirada más amplia y diferenciada hacia los tipos de combustibles aplicables en la climatización de espacios. Por ello, conviene subrayar que el carácter renovable de los sistemas de calefacción no depende de la tecnología que se emplee, sino del combustible que la alimente.

En este sentido, lejos de promover una prohibición discriminatoria de las calderas de gas, deben considerarse todas las opciones más adecuadas para cada situación, teniendo en cuenta factores como la eficiencia energética, la disponibilidad de fuentes de energía renovable y la necesidad de garantizar el acceso a sistemas de calefacción asequibles y fiables para todos los ciudadanos. Afortunadamente, disponemos de un amplio abanico de opciones para afrontar este proceso de descarbonización.

Como venimos reiterando desde Sedigas, para lograr la descarbonización de la demanda térmica residencial va a ser esencial contar con el sector gasista. Por este motivo, hemos instado a todas las partes interesadas, incluidas las autoridades nacionales y la Unión Europea, a trabajar en un marco que promueva activamente el uso de todas las tecnologías disponibles para la descarbonización de la calefacción en los hogares.

Nuestro objetivo no es otro que arrojar luz sobre el horizonte de la descarbonización de la calefacción en los hogares españoles y la contribución de los gases renovables para una transición energética eficiente, justa y equilibrada. Por esta razón, creemos que resulta transcendental reconocer el potencial de los gases renovables, como el biometano, como soluciones viables y de cero emisiones para alimentar aquellas tecnologías que contribuyan a la descarbonización energética de los hogares.

Este vector energético, como es sabido, resulta 100% compatible con los equipos de calefacción de gas ya instalados en los hogares españoles. Por ello, debe tomarse en consideración como una alternativa idónea para afrontar la descarbonización de la demanda térmica residencial. Dado que no requiere de ningún tipo de adaptación de la infraestructura ni de grandes inversiones de adecuación, es perfectamente válido para todas las calderas existentes y, particularmente, para las de condensación de alta eficiencia que se instalan hoy día en nuestro país.

En este contexto, es crucial adoptar un enfoque holístico que integre gases renovables y calderas de condensación de alta eficiencia como soluciones al alcance de todos. Este enfoque se alinea con el principio de transición energética eficiente y adaptativa, ofreciendo una ruta realista hacia la descarbonización que considere las limitaciones técnicas, económicas y sociales actuales. Al aprovechar la infraestructura existente y tecnologías probadas, se facilita una implementación más rápida y menos disruptiva, permitiendo avances significativos en la reducción de emisiones sin requerir una revisión completa del sistema energético residencial.

Además, el biometano emerge no solo como una solución energética, sino también como un catalizador para el desarrollo agrícola sostenible, ofreciendo respuestas concretas a las reivindicaciones recientes del sector. Este vector energético renovable puede jugar un papel crucial en la transformación de un modelo agrícola y ganadero para hacerlo más sostenible y económicamente viable. De esta forma, el biometano ofrece una solución integral que aborda tanto los retos ambientales como los económicos que enfrentan nuestros agricultores.

Fue James Watson, secretario general de Eurogas quien explicó en una reciente entrevista al diario El Mundo el papel vital que juega el biometano en el contexto convulso que se está dando en el sector agrario: “Necesitamos dar al campo un papel protagonista en todo esto, de no ser así, será la mayor oportunidad perdida para Europa. Si todos los países que tuvieran el mismo potencial en biometano que España, Bélgica o Francia involucraran activamente a su comunidad agrícola, con el mensaje de que utilizarán uno de los combustibles renovables más importantes y que eso les generará ingresos, el campo sería una pieza más fácil”.

La colaboración entre el sector energético, instituciones y demás actores es clave para lograr un futuro sostenible, donde el biometano emerge como una solución energética esencial, alineando las necesidades ambientales y económicas y posicionando a España como líder en la producción de esta energía limpia.

En síntesis, podemos decir que la descarbonización de la calefacción residencial demanda una estrategia holística que incorpore gases renovables y tecnologías eficientes, y que tenga en consideración las demandas sociales y las limitaciones técnicas y económicas existentes. Este enfoque integral no solo nos permitirá abordar los desafíos ambientales, sino que también ofrece una perspectiva renovada sobre el potencial de la descarbonización residencial, marcando una senda eficiente para una transición energética sostenible y justa.

Naiara Ortiz de Mendíbil Romo
Secretaria General de Sedigas