Las circunstancias climáticas que estamos viviendo ponen de relieve la importancia que tiene el grado de desarrollo y las características de las distintas tecnologías en nuestro mix energético.
La variabilidad e intermitencia de las energías renovables tradicionales (por falta de recursos hídricos, viento o sol, como está ocurriendo en estas primeras semanas de 2022) no permitirían garantizar a fecha de hoy, el suministro eléctrico continuado y de calidad que demandan los hogares, la industria y el conjunto de la actividad económica española.
Gracias al uso del gas para generación eléctrica (ciclos combinados) ha sido y es posible ofrecer la flexibilidad y firmeza que el sistema eléctrico requiere para garantizar el nivel de bienestar. De hecho los ciclos combinados han sido la fuente energética que más ha contribuido a la producción de electricidad en estos primeros días del año, reivindicando su papel central para garantizar el suministro energético de nuestro país.
Este tema es aún más relevante porque según los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el 74% de la producción energética en 2030 deberá provenir de fuentes renovables. Con este nivel de penetración renovable intermitente, los 26.000 MW de potencia instalada de ciclos combinados resultan imprescindibles, como así reconoce el propio PNIEC, para llevar a cabo una transición ordenada.
Con el cierre total del carbón y el parcial y progresivo de la nuclear, los ciclos se convertirían en 2030 en la principal tecnología térmica convencional del sistema y, por tanto, en la principal tecnología de respaldo. En este escenario de alta penetración de renovables, las necesidades de generación firme aumentarán para cubrir cualquier déficit inesperado y mantener la fiabilidad del sistema eléctrico.
Por tanto, serán muy relevantes aquellas tecnologías que proporcionen una producción rápida y flexible, como los ciclos, junto a otras posibilidades como el almacenamiento hidroeléctrico o las baterías, pero que deberán desarrollarse y madurar para ser una solución real.
Desde Sedigas señalamos que el diseño del mercado eléctrico actual, basado solamente en retribuir la energía producida, resulta insuficiente para garantizar la viabilidad económica de la inmensa mayoría de esta potencia instalada. Así mismo, incidimos en que a pesar de su aportación a la cobertura de la demanda y a la garantía de suministro, los ciclos no recuperan actualmente sus costes fijos en el mercado. Esta situación requiere de una solución integral e integrada de forma que se considere su impacto en el conjunto del sistema energético.
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Naiara Ortiz de Mendíbil Romo Secretaria General de Sedigas
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