El gas opera con normalidad en un año excepcional

En 2020 el sistema gasista español ha operado con total normalidad, flexibilidad y eficiencia, a pesar de las condiciones extraordinariamente adversas a causa de la pandemia de la COVID-19. Se ha prestado con normalidad un servicio esencial, garantizando la seguridad y el correcto funcionamiento de sus infraestructuras y del Sistema Gasista español. La red gasista ha funcionado en máximos de disponibilidad técnica y comercial.

Durante estos meses, el sector gasista ha trabajado intensamente para garantizar el suministro de gas a todos los hogares españoles y ha llevado a cabo iniciativas solidarias que desde el primer día han hecho evidente el compromiso del sector gasista con toda la sociedad en el contexto de la crisis sanitaria.

Este ha sido un año marcado también por la entrada en vigor, a partir del 1 de abril, de una nueva regulación, que implica otra forma de entender el acceso a la capacidad del Sistema Gasista español: el tanque virtual de balance, que aglutina la gestión de las seis plantas de regasificación españolas y virtualiza su almacenamiento en un único punto. Este hecho facilita a los usuarios su gestión comercial y dota de mayor flexibilidad y liquidez al sistema de plantas de regasificación españolas. Esta nueva regulación se ha implantado con éxito en una situación de excepcionalidad motivada por la pandemia mundial de la COVID-19, cumpliendo con la hoja de ruta establecida por la CNMC.

Demanda

En 2020 la demanda total de gas natural creció en España un 3,1% con respecto al año 2018, situándose en los 360 TWh. A pesar del impacto de la COVID-19 y ser un año relativamente cálido, esta cifra de demanda es un 4% superior a la media de los últimos diez años y la segunda mayor desde 2012 así como un 5% superior a la prevista por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en su escenario objetivo para el pasado ejercicio. Esta demanda evitó 25,8 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

Respecto a 2019, un año en el que la demanda de gas alcanzó registros excepcionales, con un crecimiento del 14%, en este pasado ejercicio la demanda total se situó un 9,6% por debajo, debido a la caída del consumo y la producción industrial a causa a la situación sanitaria. Los ciclos combinados con la segunda cifra más alta de demanda desde 2011 (88TWh) contribuyeron a garantizar el suministro eléctrico.

Del análisis del comportamiento de la demanda en 2020, se llega a la conclusión que el consumo se vio fuertemente alterado a la baja durante los meses de abril y mayo, coincidiendo con el periodo de confinamiento a causa de la pandemia. A partir de junio comienza a recuperarse, pero sin superar los niveles de 2019. A finales de este año, la demanda convencional, destinada a los consumos de hogares, comercios e industrias y que representa en torno al 75% del total, se situó en torno al 94% comparada con cifras anteriores durante la pandemia. Este consumo descendió durante el confinamiento en algunos días de abril, situándose en un 73% con respecto a los mismos días del año anterior.

En diciembre, el consumo total de gas natural creció un 3,4% con respecto al mismo mes de 2019. En concreto, la demanda convencional aumentó un 5% con respecto al mismo mes del anterior, hasta alcanzar 29,7 TWh. Este incremento en el último mes del año ha estado motivado por una recuperación de la demanda industrial respecto a los valores alcanzados durante los meses de confinamiento, así como a las frías temperaturas de finales de mes.

A lo largo de 2020 se han producido diversos avances en los ámbitos de los gases renovables y el gas para movilidad.

El sector del gas ha operado con normalidad a pesar de la crisis sanitaria y ha evitado 25,8 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
Los gases renovables son parte de la agenda de la transición hacia una economía descarbonizada libre de emisiones contaminantes para el año 2050. En este sentido, el apoyo al desarrollo de proyectos de este tipo de energía es una prioridad para Sedigas.

Dentro de Europa, España destaca por una decena de proyectos que ya se han puesto en marcha en distintos puntos del país para desarrollar el uso y la implantación tanto del biometano como del hidrógeno. Seis de estos proyectos están centrados en impulsar el biometano en Madrid, Lleida, Murcia, Palma de Mallorca, Sabadell y Aragón y, algunos de ellos, están cofinanciados por fondos europeos.

Estos proyectos son esenciales para el progreso en el desarrollo del gas renovable por los múltiples beneficios en términos ambientales, sociales, económicos y de seguridad del suministro. Los avances que están logrando las distintas tecnologías que aplican, así como sus datos, estudios y los agentes implicados están permitiendo impulsar el avance de la transición energética hacia una economía descarbonizada.

Uno de los proyectos más importantes es el de ampliación y modernización es el proyecto Torre Santamaría en Balaguer (Lleida), la primera granja de vaca de leche que convierte sus residuos orgánicos en energía. En 2011, la granja ya instaló una de las primeras plantas de biogás, a partir del estiércol generado, para abastecer las necesidades de electricidad y calor de la propia planta. Con esta ampliación y su modernización mediante la incorporación del proceso de enriquecimiento upgrading de biogás, el estiércol generado por las vacas se podrá valorizar para generar biometano, que se inyectará r en la red de distribución de Nedgia.

Asimismo, en Butarque (Madrid) se encuentra un proyecto de gas renovable, enmarcado en el Consorcio Europeo ECO-GATE, e impulsado por Nedgia como distribuidora y Naturgy como comercializadora que inyecta biometano generado a partir de los residuos de la estación depuradora de aguas residuales del Canal Isabel II. Esta instalación además de producir gas renovable, permite que el gas inyectado y distribuido se pueda destinar a todo tipo de usos: domésticos, comerciales, industriales y de transporte, como es en este caso.

Otro proyecto destacable es el Parque Tecnológico de Valdemingómez, promovido por el Ayuntamiento de Madrid, una planta de producción de biometano que cuenta con dos plantas de biometanización, Las Dehesas y La Paloma, cuya materia prima es la materia orgánica de los residuos sólidos urbanos generados en Madrid previamente tratados y clasificados. Se trata de uno de los mayores complejos de producción continua de biometano que hay en Europa con una capacidad total de 4.000 m3/h de biogás y una producción, en 2019, de 9,3 MNm3 de biometano inyectado en red gasista.

En Vila-sana (Lleida) se encuentra una unidad de upgrading construida dentro del proyecto Life Methamorphosis (consorciado por Aqualia, Àrea Metropolitana de Barcelona, FCC Servicios Medioambientales, Naturgy, Institut Català d’Energía y SEAT), y ubicado en una planta de biogás agroindustrial en Catalunya, propiedad de Ecobiogas. La planta de biogás agroindustrial, para generar este combustible, digiere purines de cerdo, residuos agroalimentarios y lodos. Su combustible ha servido para testear cuatro coches de SEAT que han recorrido más de 100.000 km.

En Cartagena se encuentra una iniciativa pionera en España que se está desarrollando en la planta de regasificación de Enagás. Este proyecto permite producir hidrógeno verde, 100% limpio, a partir de energía solar, en un proceso de electrolisis que no emite dióxido de carbono. El hidrógeno verde generado se introduce en la red interna de la instalación mezclado con gas natural para su autoconsumo, lo que permite maximizar la eficiencia energética de la planta, así como reducir su huella de carbono. Este proyecto es la primera experiencia de inyección real de hidrógeno en una Planta de Regasificación en España y en Europa, con el apoyo además de un sistema de almacenamiento eléctrico a pequeña escala.

En Palma de Mallorca se está desarrollando el proyecto Power to Green, enmarcado dentro de un acuerdo para reindustrializar la zona de Lloseta (Mallorca) entre el Govern balear, Enagás, Acciona, CEMEX, Redexis e IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía). Se trata de un proyecto demostrativo a escala industrial que puede servir de germen para el desarrollo de una cadena de valor en torno al hidrógeno verde. Está centrado en la producción de hidrógeno verde a partir de energía solar fotovoltaica en Mallorca para su inyección en la red gasista y uso en movilidad. De manera complementaria, el hidrógeno verde también se podrá utilizar en el sector industrial, de servicios y residencial, tanto para la generación de calor y electricidad como para suministro eléctrico o sistemas de back-up.

Destaca también SUN2HY, un proyecto innovador, desarrollado por Enagás y Repsol al 50% respectivamente en Madrid, que permite la transformación directa de energía solar en hidrógeno a través de una planta de fotoelectrocatálisis (tecnología PEC). Se trata de una tecnología que no necesita electricidad externa, tan sólo agua y sol, y que emplea materiales de bajo coste y alta disponibilidad.

La movilidad es uno de los factores que más impacto tienen en la calidad del aire, especialmente urbano. En línea con los objetivos de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030 de conseguir, en el sector transporte, la eficiencia energética y tratar de minimizar la contribución del transporte a las emisiones contaminantes, tanto de viajeros como de mercancías, el gas natural y los gases se presentan como las únicas formas energéticas que ofrecen una solución para descarbonizar todas las formas de movilidad.

El parque total de vehículos propulsados por gas natural en España en 2020 rozó los 30.000 en 2020, lo que supone un incremento del 25 % con respecto a 2019. La red de repostaje de gas también ha desarrollado un importante crecimiento, incrementando su capilaridad por toda la geografía española. La apertura de 39 puntos de suministro de acceso público en el año que acaba de concluir hace que nuestro país sume un total de 163 puntos de repostaje.

En caso concreto de gestión de flotas relacionadas con la movilidad en áreas urbanas y el reparto de última milla durante este último ejercicio se ha puesto en valor la capacidad del GNV para ofrecer soluciones de bajas emisiones y accesibles para los profesionales y los gestores de flotas.

En 2020 se ha continuado impulsando la penetración de gases renovables (biometano e hidrógeno) en el transporte. El uso de este combustible renovable es una práctica extendida en Europa, donde un 25% de las gasineras ya lo suministran. Por otra parte, el año 2020 marca el comienzo del desarrollo del hidrógeno como combustible para el transporte terrestre, con la matriculación de vehículos de hidrógeno (12 turismos) y la construcción de la primera estación de repostaje en Madrid y la licitación de la primera estación de Barcelona que dará suministro a los autobuses municipales.

Transporte marítimo

Por lo que se refiere al transporte marítimo, España es uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de las operaciones de bunkering de GNL, un combustible que se vislumbra como la solución más efectiva para reducir la contaminación. En 2020 se realizaron un total de 741 operaciones de abastecimiento de GNL para ser empleado como combustible en buques. Esta cifra supone multiplicar por cuatro el número de operaciones realizadas en 2019.

España es un país muy bien posicionado para el desarrollo del uso del gas natural como combustible marítimo al ser un referente de la industria e infraestructuras del GNL (gas natural en formato licuado) y portuarias a nivel mundial. También se han incrementado de 6 a 9 el número de puertos del territorio nacional que suministran GNL a buques de manera regular. En 2020 se ha realizado bunkering de GNL en los puertos de Algeciras, Almería, Barcelona, Bilbao, Denia, Huelva, Málaga, Tenerife y Valencia.